España no converge tecnológicamente.
La novena economía mundial, pretendiente a un sillón en el exclusivo club del G-8, se sitúa en el número veinte en I+D (Inversión y Desarrollo) y el 14 dentro de Europa en lo que se refiere a la Sociedad de la Información (sólo por delante de Grecia). Todo indica que la máxima de “que inventen otros” (M. de Unamuno) sigue aún vigente en la cabeza de muchos empresarios y políticos de nuestro país, y que permiten que la dependencia tecnológica continúe. Pero una comisión de expertos lleva últimamente intentando llamar la atención al gobierno en los medios de comunicación, principalmente en la prensa escrita, que es en donde yo lo he leído. El problema es aún más grave si hablamos de un tema relacionado con esta problemática (ya a nivel europeo), que es el de la fuga de cerebros a EEUU, pero me centraré en el caso de la inversión.
En 1999, el gobierno anunció a bombo y platillo el PLAN INFO XXI, un nombre muy rimbombante para tan escasa financiación: 300 líneas de actuación con 5000 millones de pesetas (30 millones de €). Pero tras estos maravillosos fuegos artificiales que el gobierno lanzaba en un momento en el que aún existía la Nueva de Economía, era claro que el principal objetivo era el déficit cero, lo cual está bien a mi parecer, pero podían haberse puesto en marcha otras iniciativas complementarias, como las que existen a nivel local o autonómico en Extremadura y País Vasco (la difusión de software gratuito como el LINEX, una versión de linux o la creación del programa Konekta Zaitez del gobierno vasco por el cual el 80% de los vascos tienen acceso a internet). El mismo gobierno de Aznar ha dicho con la boca pequeña que el plan ha fracasado, sin dar datos de los resultados, por supuesto.
Lo peor de todo es el lastre que va a suponer para nuestra competitividad. El gran crecimiento de los EEUU durante la década de los 90 fue debido en un 50% a la aplicación de las nuevas tecnologías. Pero yo no quiero comparar la economía española con la americana, pues el abismo tecnológico es más que patente, sino con las economías de su alrededor, que destinan un gasto en tecnología de media el 7% del PIB, mientras que España gasta apenas un 2.2% ( ni siquiera una tercera parte). Estos datos los aporta la patronal de empresas españolas de tecnología, SEDISI, pero es que según la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), la inversión en equipos y software ha descendido en los últimos años.
A nadie le pasa desapercibido el tema y tras leer esto supongo que estaréis conmigo en la necesidad de solventarlo en lo posible, pero también se plantean una batería de preguntas difíciles de responder: ¿Quién debe impulsarlo?¿el gobierno?¿las empresas?¿Hacia que campos debe dirigirse la investigación?¿Biotecnología?
Y también hay otras muy ligadas: ¿cuál es el papel de la Universidad y otros centros educativos?¿Cómo deben colaborar las empresas y los centros de investigación?¿Quién debe dirigir los centros de investigación y por tanto, gestionar el I+D?
Saludos a tod@s.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home