sábado, agosto 14, 2004

COMIENZAN LOS JUEGOS OLÍMPICOS.

Y han empezado con buen pie. La ceremonia de apertura ha gustado en general aunque la informalidad de las diferentes delegaciones (entre otras, la española) ha roto con el protocolo que debería exigirse a un espectáculo mundial que defiende una serie de valores y al que se debería guardar cierto respeto. Esta es una opinión muy discutible, pero creo que es compartida por muchas más personas.

Por otro lado, los JJOO cada vez son más caros. Pasear por el mundo la antorcha olímpica ha costado la friolera de 25 millones de €, la entrada a la inauguración costaba 950 € (lo que gana un trabajador camboyano, chino o tailandés de alguna de las conocidas marcas deportivas que visten a las estrellas olímpicas en aproximadamente dos años) y el gasto en seguridad puede hacer disparar el coste final de la Olimpiada a más de 10.000 millones de € (alrededor del 5% de su PIB). Respecto a los anteriores JJOO, los ingresos por TV aumentarán levemente (de 1.332 a 1498 millones de $), aunque los ingresos por la venta de entradas disminuirán ostensiblemente (de 250 a 183 millones $), aunque sumando ambos ingresos, los JJOO de Atenas tendrán más ingresos globales.

En cuanto a otras cifras, el número de países ha aumentado (de 199 a 202, o sea 3 más), aunque el número de atletas ha disminuido (de 10.651 a 10.500), lo cual pone de manifiesto el diferente potencial que existe entre los diferentes países (en este campo también): EEUU gasta 174 millones de $ mientras que Nicaragua sólo ha obtenido 47.000 $ (para lo cual tuvo el presidente de su Comité Olímpico casi que suplicarlo al Parlamento). Pese a que existen unos fondos de solidaridad olímpica para que se distribuyan entre los 202 comités, son muy escasos (209 millones de $, lo cual da a poco más de millón por comité).

Los JJOO son cada vez más espectáculo, lo cual es bueno para aumentar el número de espectadores, pero es posible que a la vez que se potencia esta característica, se va en detrimento de los valores olímpicos originales que el Barón de Coubertain, en un momento crucial en el que mundo más que nunca necesita diálogo, tolerancia y sobre todo, paz.


Más información: www.athens2004.org