viernes, marzo 18, 2005

Símbolos polémicos, estandartes de discordia.

Francamente, los españoles somos los de lo que no hay. Somos apasionados en casi todo y por supuesto en la política también y esta característica se ha dejado translucir en las decisiones políticas y sus reacciones. Dejando fuera las opiniones políticas de cada uno, cosa que deberíamos hacer principalmente para no perder la coherencia y el sentido común, es más que discutible que la razón alegada por el gobierno sea aceptable. Que sea un símbolo anticonstitucional no es óbice a que se retire una estatua, que dejando igualmente los aspectos artísticos a parte, representa a una figura histórica (juzgada para bien o para mal, según nuestra ideología) que gobernó nuestro país durante casi 40 años. Si quitásemos todos los símbolos, nos quedaríamos sin una gran cantidad de monumentos y nombres de calles (a lo mejor habrá muchos a quienes no les guste que una calle se llame Fernando III o Dolores Ibarruri, ya que se pueden alegar cosas negativas sobre ellos, o ¿por qué no quitar la estatua de Espartero?). En fin, que es una decisión absurda, que levanta ampollas en los sectores más ligados al antiguo régimen, que generará ciertas reacciones de signo contrario (por ejemplo, las masas ultraderechistas se agruparon para protestar e intentaron derribar la del socialista Indalecio Prieto), que parece indicar que la decisión ha sido tomada por personas que miran demasiado al pasado y no al futuro, que puede crear precedentes (como ya lo está siendo por ejemplo en Santander) y que desde luego hace un flaco favor al desarrollo del talante dialogador del que tanto presume el gobierno.

Por ello, creo que no decisiones así no se pueden tomar a la ligera, y pese a que después de la Guerra Civil (1936-1939), el bando nacional hizo una labor de planificación urbanística exhaustiva al cambiar el nombre de numerosas calles de pueblos y ciudades españolas, un gobierno democrático y de todos los españoles jamás debería seguir este mal ejemplo, y no repetir así un error histórico. Pensemos con la cabeza, intentando ser objetivos y serios en las decisiones que tomamos.

Un saludo a tod@s.