LA VENGANZA DE MOCTEZUMA.

Esa parece ser la explicación a mi anormal colitis. Parece ser que es la maldición que el antepenúltimo emperador azteca lanzó a los españoles y resto de extranjeros que llegarán después, en su lecho de muerte. Y los síntomas se ajustan muy bien a mi cuadro clínico: los condenó a padecer una serie de enfermedades intestinales como respuesta a sus intenciones de conquista.



En Asia se le llama dama de Nueva Delhi y en los americanos venganza de Moctezuma, pero en realidad se trata del mismo problema: afección estomacal por deficiente higiene en alimentos y bebidas que aqueja principalmente a los visitantes extranjeros. Esta afección es causada por el parásito Escherichia coli, científicamente es denominada ECET, y lo singular en el asunto es que también los mexicanos, y de hecho el resto de los americanos, también pueden sufrir los embates de esta bacteria cuando visitan otros países americanos, asiáticos o africanos donde las medidas de higiene en los alimentos no son las de mayor confianza.



Por tanto, este tipo de maldiciones, como la de Tutankhamon con el arqueólogo Carter o la del último maestre de los templarios, Jacques de Molay (cuando estaba en la hoguera) sobre el rey de Francia Felipe el Hermoso y el Papa Clemente V, tienen explicaciones racionales, pero siempre queda algo de la leyenda que no se podrá explicar y que le seguirá dando fama.