viernes, diciembre 08, 2006

Al final teníamos razón.

A nadie le asombran ya (o eso me parece) las declaraciones de los promotores de la Guerra de Irak acerca de la situación real del conflicto. Lo que resulta increíble es que lo hayan hecho a estas alturas, es decir, que su orgullo o cinismo sea mayor que la evidencia de la situación en el país asiático.

Y lo que aún parece más increíble si cabe es que quieran dialogar con Siria e Irán, dos estados “gamberros” (según el gabinete de exteriores de EE.UU.) de la región, para buscar una cooperación que lleve a la estabilización del país. Lo que es evidente es que a esta situación se ha llegado por que no hay más opciones. El potencial militar con el que querían hacer creer al mundo de la victoria no ha sido suficiente. Pero una cosa me sorprende: ¿a nadie se le había pasado por la cabeza que el mundo en 2003 no es igual que el hace diez años? ¿Alguien pensó que se iban a desatar las tensiones que ya existían en el país entre las distintas comunidades que lo componen (principalmente sunnitas, chiítas y kurdos)? ¿Por qué no dan la cara ahora todos esos políticos y periodistas que habían apoyado las tesis de la invasión? Era evidente que estaban engañando al mundo o bien que estaban haciendo las cosas “a tontas y a locas” y con mucha prepotencia. Yo, como tengo en buena estima la inteligencia (algunas más que otras, por supuesto) de las personas, me decanto por la primera, lo cual deja en muy baja estima su moralidad. Pero lo peor de esto es que han sido capaces de llevar a cabo un acto atroz sin el respaldo de la ciudadanía y me preguntó: ¿cómo es posible que esto ocurra en países con democracias tan asentadas y ejemplares? ¿Valen más las opiniones de los "lobbies" y empresas que las de los ciudadanos que han hecho mil y una manifestaciones? ¿No es un peligroso precedente?



Muchas incógnitas pero pocas respuestas, aunque creo que se podrían sacar otras interesantes conclusiones:

a) Las ocupaciones militares no son efectivas en todos los casos. Son extremadamente caras y muchas veces se producen escándalos tales como los de la prisión de Abu Graib. Y aunque en los casos en que se enmascaran de operaciones para el mantenimiento de la paz, la mayor parte de la población sabe a qué van sus tropas o al menos no se creen las tesis gubernamentales (como en España o Italia).

b) Muchos analistas e historiadores apuntan a que el gobierno de Bush es el peor en la historia de EE.UU. aunque nadie se atreve claramente a decirlo con rotundidad dado que es necesario un análisis con perspectiva histórica.

c) Los halcones tuvieron que convertirse en palomas, como si fuera un cambio de sexo forzado. Es muy interesante leer ahora ya que han pasado años, entrevistas a los halcones (como Paul Wolfowitz) de la Casa Blanca durante el primer mandato de G. W. Bush y comprobar lo irrealista de algunos sus planteamientos.

d) No creas todo lo que leas. Contrasta la información y si no puedes, no apoyes nada de nada. Esta guerra ha demostrado claramente que todo el mundo tiene intereses propios (hasta Francia, Alemania o Rusia, que se oponían al ver peligrar sus intereses particulares).

e) Las potencias democráticas pueden saltarse las leyes internacionales cuando les convengan pero quieren aplicarla a otras naciones, como en el caso de Irán o Corea del Norte debido al desarrollo de sus proyectos de dotarse de armamento nuclear. La ONU y la democracia pierden credibilidad en estas situaciones, generando argumentos a los que no respetan los procedimientos democráticos en sus países.

f) El pueblo siempre pierde. Se podrían sacar más conclusiones en una lista casi interminable pero esta que planteo como final es para mí la más importante. Tanto los ciudadanos de los países que han enviado tropas pero especialmente los que sufren el conflicto, son los grandes perdedores. Y lo peor de todo: son los grandes olvidados.

Creo que todos esperamos que desde bases más humildes, realistas y sobre todo con visos de cooperación internacional, la situación mejore y genere expectativas positivas sobre otros conflictos en Oriente Medio y Próximo.

Elgaine de Balliers.