La amenaza microscópica.
Siempre solemos escribir sobre los temas que están más de actualidad, aunque haya otros muy interesantes o incluso más importantes. Pero en esta ocasión y relacionándolo con la expansión imparable de la neumonía atípica, expondré los principales puntos de un artículo sobre este tema firmado por Pablo Francescutti, publicado en la revista GQ de hace algunos años y que casualmente encontré el otro día haciendo limpieza en mi cuarto, añadiendo mi opinión personal al respecto y añadiendo explicaciones que permitan una mejor y plural comprensión. También he intentado emplear las definiciones más sencillas (y también buscar otras que no he logrado encontrar).
La amenaza de estos pequeños seres está ahí y cuando menos lo esperamos: la guerra bacteriológica, terrorismo vírico, manipulaciones genéticas, ... Criaturas invisibles que viajan en el aire y atacan indiscriminadamente. En España hemos sufrido varios casos como la legionela o el carbunco, de pequeña difusión, pero también el caso del aceite de colza, aún sin determinar sus verdaderas causas.
Los virus, cuyo nombre proviene de la palabra latina “veneno”, fueron descubiertos en 1892 por el botánico ruso Dimitri Ivanovsky, si bien no pudieron ser observados hasta la llegada del microscopio electrónico (hacia los años 50 del siglo XX).
Son los seres vivos más simples que existen, ya que se componen de un filamento de ADN (DNA) o ARN (RNA), que constituye el nucleoide, y una cápsula proteica externa, integrada por una serie unidades llamados capsómeros. El conjunto recibe el nombre de partícula viral o virión. Debido a esta extrema sencillez y a la carencia de enzimas y otros dispositivos necesarios para realización de funciones vitales tan básicas como el metabolismo y la reproducción, los virus son seres que necesitan parasitar en otros organismos (bacterias, células animales o vegetales) a los que suelen causar graves trastornos. He aquí los virus estrella, junto a otros microorganismos peligrosos:
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GRIPE: virus causante de decenas de millones de muertes. Su gran golpe fue en la gripe española de 1918 que arrebató 20 millones de vidas en todo el mundo. Por la facilidad con la que muta en formas letales y fulminantes, es considerado el enemigo público número uno.
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SIDA: es un retrovirus (¿?) que actúa eliminando las defensas del organismo y que permite que el enfermo muera por otro tipo de virus.
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HEPATITIS: los virus de tipo B y C son los más preocupantes, pues pueden generar cáncer hepático. Pero aún quedan algunos tipos sin identificar, sospechosos de ser la causa de cierta hepatologías de origen desconocido.
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TUBERCULOSIS: es un bacilo (bacteria alargada en forma de bastoncillo, pudiendo tener o no cilio vibrátil, como el de un espermatozoide), que mata a tres millones de personas al año. Este flagelo característico del siglo XIX regresó con fuerza a finales del siglo XX, inmunizado a los tratamientos habituales y aliándose con el SIDA para así ensañarse con los debilitados organismos infectados.
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MALARIA: es una bacteria que se cobra dos millones de vidas anuales en los países subdesarrollados. Algunas cepas se están volviendo resistentes a los medicamentos y además existe el riesgo de que el calentamiento climático pueda extenderla a zonas templadas (como por ejemplo España).
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CÓLERA: vibrión (bacteria con forma de coma o vírgula) que dio un gran susto con su estruendosa reaparición en Sudamérica, en 1991, introducido por un carguero proveniente de Asia. Las malas condiciones de vida e higiénicas son su caldo de cultivo.
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CARBUNCO: bacilo que normalmente actúa en el ganado ovino, caprino y bovino, y que rara vez pasa al hombre y que genera la carbuncosis o más conocidamente, el ántrax (como el grupo musical).
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SALMONELA: bacilo que fermenta la glucosa y otras sustancias orgánicas. La más famosa es la que crea el tifus intestinal, la que aparece sobre todo el verano y que nos lo puede fastidiar.
Y los nuevos peligros:
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ÉBOLA: es un filovirus (¿?) que apareció en el Zaire y no llegó a salir de allí. Sin embargo, la rapidez con la que mata y la ausencia de tratamientos lo han convertido en un buen candidato al puesto de nuevo Jinete del Apocalipsis.
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SÍNDROME DE CREUTZFELDT-JAKOB: o mal llamada, enfermedad de las vacas locas. Es un prión, término para designar a cualquier agente infeccioso responsable de varias enfermedades neurodegenerativas encontradas en los mamíferos. La palabra en sí deriva de proteinaceous infectious particle (partícula proteínica infecciosa), definición propuesta por Stanley B. Prusiner. Consiste únicamente en una proteína, carente de genoma y ácidos nucleicos que produce, en este caso, encefalopatía espongiforme (EEB) que es una degeneración del sistema nervioso del organismo. El cordón sanitario que se impuso al Reino Unido impidió que la tragedia adquiriera mayores proporciones.
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FIEBRE DEL VALLE DEL RIFT: es un virus de origen bovino que desde 1930 provoca fiebres hemorrágicas esporádicamente en África Oriental. Actualmente se ha convertido en un problema de primer orden en Kenia, donde se ceba con una población debilitada por la desnutrición, la malaria y los parásitos.
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LEGIONELA: género de bacterias del que se han identificado hasta la fecha 40 especies, entre las que cabe destacar a la Legionella pneumophila, por ser la causante del 85 % aproximadamente de las infecciones por legionela. Esta bacteria se halla ampliamente extendida en ambientes acuáticos naturales (ríos, lagos, aguas termales, etc.), encontrándose en ellos en pequeñas concentraciones, pudiendo sobrevivir en condiciones ambientales muy diversas. Para que su concentración aumente, entrañando riesgo para las personas, debe pasar a colonizar, fundamentalmente a través de las redes de distribución de agua potable, sistemas hídricos construidos por el hombre, como torres de refrigeración y sistemas de distribución de agua sanitaria, donde encuentra condiciones de temperatura idóneas para su multiplicación (25 -45 0C), protección física y nutrientes apropiados. La vía de transmisión de la legionela es aérea.
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SÍNDROME RESPIRATORIO AGUDO SEVERO (SRAS): la neumonía atípica es provocada por un coronavirus de origen asiático que empezó a manifestarse en Noviembre de 2002 en China, en la provincia de Guandong y que se manifiesta como una neumonía corriente, pero a la que los antibióticos convencionales no le afectan.
Durante este siglo parecía que el hombre había dominado a estos pequeños seres gracias a los antibióticos y a las vacunas. Pero el SIDA (AIDS) y las mutaciones de que son capaces estos bichitos y que los hacen cada vez más difíciles de combatir, han hecho replantear a la OMS (WHO) sus estrategias de lucha contra las enfermedades virales desde hace más de una década. Y las víctimas ya no son sólo los países más pobres (aunque sí los que se llevan la peor parte). En el pasado las pestes tardaban años en emigrar. Hoy, debido al tráfico aéreo, la posibilidad de un fulminante contagio mundial se ha hecho estremecedoramente real y la prueba ha sido la expansión a escala mundial de la neumonía asiática (aunque también ha influido el secretismo de Beijin al respecto).
El cine ha relatado ya historias sobre el tema, ya sean más realistas como la película de
“Estallido” o más de ciencia-ficción como con la adaptación de la novela de Michael Crichton,
“La amenaza de Andrómeda”. El artículo de P. Francescutti expone una serie de escenarios y causas que nos servirán de ejemplos sobre la realidad de este peligro:
a) País del tercer mundo: unas vacaciones exóticas, guap@s muchach@s que merodean los hoteles donde se hospeda el visitante rico, un ambiente tropical, comidas autóctonas, ... Todo sería un grato recuerdo si a las tres semanas de regresar de allí uno se nota un sarpullido, y días más tarde orinamos sangre. Los análisis nos detectan un extraño virus. Entonces nos acordamos de los alimentos que comimos y que posiblemente no habían pasado muchos exámenes sanitarios. Días más tarde morimos sin remedio.
b) Un centro de investigación: varios científicos ponen a prueba un nuevo modelo de máscara para comprobar que la membrana respiratoria logra filtrar una corriente de aire infectada con esporas de un hongo cuyo poder letal ha sido multiplicado por medio de la ingeniería genética. El ensayo ha sido un éxito a excepción de un pequeño detalle: algunas esporas se han adherido al cabello de uno de los técnicos en un descuido. Éste regresa a su casa y poco a poco las esporas se van dispersando, utilizando como vehículo el aire, el técnico, su perro, y su familia, etc, a la vez que también les van afectando cuando el hongo se introduce en sus organismo por vía respiratoria. Atacados por sus toxinas, apenas tienen fuerzas para llamar a una ambulancia. Los médicos les realizan análisis porque desconocen la enfermedad que padecen pero que al parecer es contagiosa (aunque no saben las vías de transmisión). Deducen que pueda estar relacionada con la actividad profesional del cabeza de familia y al ponerse en contacto con el centro de investigación, piden información y un posible antídoto, ya que prevén que el hongo se haya contagiado a otras personas (vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, ...). La consternación es general cuando se informa al hospital de que no se ha desarrollado ningún antídoto contra el microorganismo. Lo único que pueden hacer es aislar a los enfermos, precintar y desinfectar la vivienda, sacrificar e incinerar al perro y quemar los enseres personales. La incógnita está en la facilidad de propagación del hongo, por ejemplo con la simple compra del periódico, al pagar con monedas que contienen esporas. La guerra bacteriológica ha estallado en la retaguardia y la alerta está dada.
c) El quirófano de un hospital: alguien necesita que le trasplanten un corazón para poder seguir viviendo. Pero los donantes escasean y se estudia utilizar un corazón transgénico de un cerdo, especialmente diseñado para no generar rechazos. Los ingenieros genéticos lo avalan y el paciente acepta.
Una vez operado y recuperado, sale del hospital sin problemas aparentes. Empieza a hacer vida normal. Semanas después se levanta con una ligera fiebre, a la que no da importancia. Se toma un antipirético y se va a trabajar. Cuando se dispone a comer, nota que se marea y su cabeza parece que le va a estallar. Piensa que ha cogido un constipado de caballo. Se va a casa, pero la fiebre le sigue subiendo. Decide ir al hospital. Los médicos no saben lo que le pasa y a las 48 horas siguiente muere. El desconcierto crece cuando algunos de sus compañeros acuden al hospital con los mismos síntomas. Al revisar el historial del paciente inicial y al realizarle una biopsia del corazón, se dan cuenta de que el corazón transgénico estaba contaminado con un microorganismo de origen animal, inocuo para el cerdo pero no para los humanos. Lo peor es que no hay manera inmediata de frenar la epidemia que se ha desatado.
El peligro de los microorganismos es ahora otra vez muy importante, tal y como vivimos en sociedad, pues si ya hemos avanzado en cuestiones de higiene y salud, la aglomeración humana en las ciudades (transporte público, cines, teatros, bares, ...), el crecimiento de las comunicaciones y de los intercambios comerciales en número y rapidez, las migraciones ilegales (que las hacen incontroladas), el cambio climático, la investigación descontrolada, el aumento del terrorismo internacional, la aplicación de ciertos avances científicos sin las suficientes garantías (como el uso de los transgénicos), la miseria en el tercer mundo, ..., están aumentando el riesgo de reproducción de una epidemia a gran escala, un riesgo real.
La neumonía asiática ha sido un caso modélico de todo lo expuesto anteriormente pero, ¿cuál es su origen?¿es una avanzadilla de todo lo que tiene que venir?¿están nuestros sistemas sanitarios preparados?
Espero no haberos aburrido mucho. Sé que es largo, pero he intentado hacerlo lo más completo y ameno posible.
Saludos a tod@s